El niño preescolar duerme cada vez menos durante el día, desplazando la mayor cantidad de horas de sueño hacia la noche, muy pocos mantendrán una siesta de 1-2 horas durante el día. Algunos, pueden presentar en la noche conductas de rechazo al momento de acostarse, prolongando la hora de quedarse dormidos.
Esto en general es interpretado como una dificultad de alejarse de sus figuras de apego, ya que el cerrar los ojos y dormir en sus camas implica estar solos. Al dormir el niño se aleja temporalmente del contacto con las figuras importantes. Así buscan objetos como una manta, el “tuto” o el juguete preferido (los llamados objetos transicionales u objetos de transición, como peluche, mamadera, oreja o cabello de la madre, etc.) esta dependencia a un objeto no afectara su desarrollo emocional futuro a menos que se rigidice en el tiempo y se presente como de uso obligatorio.
Cerca de un 20-30% de los niños preescolares presenta dificultades al momento de acostarse, demandan dormir en la cama de sus padres, dormir en sus camas acompañados, hacen pataletas o aumentan su nivel de actividad junto con la cercanía de la noche.
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